Investigación de Incendios: Más ciencia que arte

La investigación de un incendio a fin de determinar su origen, sus causas y su forma de desarrollo, ha cumplido varias etapas en la historia. Como muchas disciplinas, la investigación de incendios tuvo un comienzo artesanal, limitándose a inspeccionar los restos, interrogar a los testigos y aplicar el sentido común apoyándose, casi exclusivamente, en la experiencia del investigador y también en sus personales creencias y criterios. Esta tendencia a usar el “sentido común” es sugestivamente tentadora debido a que el fuego ha convivido con el hombre por milenios y todos creemos saber cómo se desarrolla un incendio.

Con el trascurso del tiempo, la investigación de incendios se constituyó en un arte con conceptos propios, que no siempre eran resultado de un análisis cuidadoso, sino que surgieron de la necesidad de explicar fenómenos no bien entendidos. Esta necesidad imperiosa de describir los hechos y hallar las causas de los mismos, llevó a crear principios que, disfrazados con términos presuntamente técnicos y justificados mediante el halo deslumbrante de la experiencia, permitían explicar lo que, de otra forma, hubiera quedado indeterminado. Sin embargo, este “saber” no estuvo correctamente fundamentado y llevó muchas veces a resultados erróneos.

La natural evolución de la protección contra incendios permitió aplicar un conocimiento más sistemático de la ciencia y de la ingeniería dejando de lado la opinión o la creencia personal del investigador. Según leemos en la NFPA 921, Guía para investigaciones de incendios y explosiones, la investigación de un incendio o de una explosión es una tarea compleja que involucra habilidad, tecnología, conocimiento y ciencia. El conjunto de los hechos, así como el análisis de esos hechos, debe ser llevado a cabo objetiva y verazmente. La metodología básica de la investigación de incendios debe apoyarse en el uso de una aproximación sistemática y en la atención a todos los detalles relevantes. Con pocas excepciones, la metodología apropiada para la investigación de incendios y explosiones consiste en determinar primeramente el origen y luego investigar la causa, es decir las circunstancias, las condiciones o los agentes que permitieron reunir la fuente de ignición, el combustible y el comburente. La aproximación sistemática recomendada por la NFPA 921 es el método científico utilizado en las ciencias físicas. Este método ofrece el proceso analítico deseable y necesario en una investigación de incendios exitosa y presenta los siguientes pasos: identificación y definición del problema, obtención de datos, análisis de datos a través de un razonamiento inductivo, desarrollo de una hipótesis y verificación de esa hipótesis mediante un razonamiento deductivo.

El método exige el manejo de conceptos sólidos de combustión, transferencia del calor, condiciones de ignición, liberación de calor, desarrollo del fuego, productos de la combustión, propagación de las llamas e, incluso, modelización matemática del incendio. Esta necesidad de manejar conceptos claros de química, física e informática, exige del investigador una preparación formal en estos campos que va mucho más allá de haber visto muchos incendios. La investigación artesanal ha dejado paso a la ingeniería forense y no se volverá atrás.

Sin embargo, no es sencillo abandonar las viejas prácticas que se aplicaron durante años y éstas se resisten a desaparecer aún cuando sus conclusiones nunca pudieron ser probadas en cuanto a su veracidad. En nuestra Latinoamérica, aún se observan informes de investigación absolutamente alejados del método científico, basados en la opinión del investigador, con evidentes preconceptos en el análisis y sin sustento técnico alguno y que, no obstante, son aceptados como veraces y utilizados para resolver causas judiciales. Sin duda el esfuerzo de actualizar los conocimientos es el camino correcto para pasar del arte a la ciencia.

Fuente: NFPA en contacto;Eduardo D. Álvarez